En las comunidades de La Chapa y La Primavera del municipio de El Peñol en Antioquia, los habitantes fueron testigos de una reforma que impactó sus vidas. Durante décadas, estas zonas rurales enfrentaron dificultades para movilizarse y transportar sus productos debido a las condiciones de sus caminos. Sin embargo, un ambicioso proyecto de mejoramiento vial, realizado con acero Ternium, cambió esta realidad.
Las nuevas vías de placa huella, facilitan el desplazamiento de los habitantes y mejoran la calidad de vida de las personas de la región. El refuerzo de las barras corrugadas ha sido clave en este proceso, ya que garantiza una estructura resistente y duradera, capaz de soportar las condiciones climáticas y el flujo constante de vehículos.
Un camino hacia el progreso
El proyecto ha sido especialmente significativo para quienes viven del trabajo agrícola. Anteriormente, transportar productos y acceder a servicios básicos representaba una odisea. Como lo recuerda Diana Patricia Guarín, habitante de la zona, "desde niños vivimos por caminos reales, con mulas y sacando cargas hasta la vía principal para poder dirigirnos hacia El Peñol. Luego llegaron las placas huellas. Fue una bendición y un beneficio para nosotros".
El cambio que trajo consigo la construcción de nuevas vías fue inmediato. Las placas huellas, que ahora abarcan gran parte del trayecto, redujeron los tiempos de viaje y mejoraron la movilización hacia los mercados locales. Esto impactó positivamente la economía familiar y local.
El papel del acero
La participación de Ternium fue fundamental para asegurar la calidad de las obras. El uso de barras corrugadas permite que los caminos sean funcionales y seguros a largo plazo.
Rodrigo Hernández Alzate, gerente de la Empresa de Vivienda Antioquia (VIVA) , contó que "el acero Ternium le brinda una ventaja muy importante a los proyectos de placa huella, y es la calidad de la terminación por su resistencia y durabilidad".
Un cambio esperado por más de una década
Este ha sido un sueño hecho realidad para muchos residentes, quienes llevaban años esperando mejoras en sus rutas. Eliseo Salazar Gil, otro habitante de la zona, añadió, "Ya tenemos posibilidades para sacar los productos de la tierra, sobre todo los cultivos. Llevábamos 13 años esperando esto. Con el aporte del acero, este proceso se nos facilitó mucho más".
La espera valió la pena. Ahora los productos llegan al mercado más rápido y en mejores condiciones. Además, las nuevas carreteras permiten la entrada de visitantes y optimizan la movilidad entre las veredas y el municipio.
José Alexander Velásquez, secretario de Obras Públicas e Infraestructura, dijo: "Los proyectos de placa huella son tal vez de los más significativos e importantes porque dignifican la vida campesina", señaló.
Estas acciones transforman la infraestructura de la región y generan un cambio en la percepción de los beneficiados. Ahora cuentan con un acceso más rápido y seguro a servicios de salud, educación y comercio.
Un futuro prometedor
El éxito de este plan es un precedente para otras intervenciones en distintas zonas rurales del país. Las placas huellas reforzadas con acero de Ternium son un ejemplo de cómo la colaboración entre los diversos sectores y las comunidades puede generar un impacto positivo a largo plazo.
Como concluye Diana Patricia Guarín, "ya nos visitan más fácil porque la carretera y el acceso es muy bueno”. Este tipo de obras representan una mejora en la infraestructura vial. Además, son una verdadera oportunidad para el desarrollo y el bienestar de las comunidades campesinas.