Ternium presenta tres historias de colaboradoras y madres de familia, en el marco del 10 de mayo.
La pandemia del COVID-19 vino a transformar la vida de todos. Desde que comenzó la emergencia sanitaria en México, en marzo de 2020, cientos de miles de familias tuvieron que acatar las medidas preventivas para cuidarse ante esta enfermedad. Una de ellas, es quedarse en casa.
En ese momento, actividades como el home office o el homeschooling se hicieron parte de la vida diaria. Los lazos familiares entre madres, hijos y padres se hicieron más presentes en una convivencia que muchas veces desdibujó los límites entre el trabajo, la escuela y el hogar. Ternium presenta tres casos de colaboradoras, madres de familia, que cuentan cómo ha sido su experiencia a más de un año de esta pandemia.
Claudia Cano, gerente Business Partner
Más tiempo para convivencia familiar
Para Claudia Cano, gerente Business Partner y madre de una hija de 20 años y un hijo de ocho, la pandemia del COVID-19 no ha representado únicamente cosas negativas, pues a partir de la emergencia sanitaria, hoy ha podido realizar actividades familiares que anteriormente era complicado compaginar.
“Es verdad que tuvimos que acoplarnos a una nueva forma de trabajar, pero tienes cosas que antes se dificultaban un poco más realizar. Por ejemplo, compartir horarios de comida era algo que no podíamos hacer antes en familia, ahora es una situación que podemos disfrutar algunos días en la semana”, explicó Claudia.
Para encontrar el balance perfecto entre su rol como madre y su trabajo, Claudia entendió que tenía que centrarse en dos puntos básicos: concentrarse en una sola cosa a la vez y confiar en su “red de apoyo”.
“Una clave para mí sería el disfrutar el aquí y el ahora. Si estoy en una reunión de trabajo, estoy al 100% en esa reunión o si estoy ayudando a mi hijo en una tarea, estoy completamente en eso, no estoy observando el celular para ver si me llegó algún correo. Para mí una de las claves ha sido enfocarse y concentrarse”.
Por otra parte, Claudia observó que algunas veces la exigencia viene de sí misma. Por ello, en ocasiones para no descuidar a su familia ni a su trabajo, tenía que contar con una “red de apoyo”, en la que puede confiar cuando se presente alguna situación en la que ella tenga que ausentarse.
“En mi caso, esta red personal la integra principalmente mi esposo en quien me apoyo totalmente, pero en otros momentos de otras edades de mis hijos, también me han apoyado mis hermanas, mi mamá, mi suegra y buenas amigas. Y en lo profesional, la red es un gran equipo de trabajo en quien puedo confiar”, dijo.
Uno de los retos que ha representado el COVID-19 es transmitirle a su hijo más pequeño un escenario más optimista ante esta enfermedad, pues las malas noticias abundan y el acceso a información es mucho más que antes, debido a las redes sociales y el internet.
“Tampoco puedes tenerlos en una burbuja, diciendo que afuera no hay nada, eso no es así, uno tiene que hablar con sus hijos francamente, dependiendo la edad que tengan. Hay que decirles que es una situación mundial, pero que no tenemos de qué asustarnos, irle trasmitiendo la parte no tan grave del asunto. Tratar de darles las buenas noticias, como las vacunas o la disminución de casos”.
María Eugenia Chávez, ingeniera del equipo de Eficiencia Energética.
El camino hacia el balance entre trabajo y familia
Tener un bebé recién nacido requiere de muchos cuidados y de mucha atención, lo cual puede ser más retador cuando tus actividades laborales las haces desde casa, comentó María Eugenia Chávez, ingeniera del equipo de Eficiencia Energética.
Es aquí donde la comunicación con su pareja ha sido fundamental para los cuidados de su hija, hoy con un año de edad. “Es un tema de organización y de colaboración. Es llegar en la tarde y hacer un ‘disparejo’ para ver quién cuida a la niña y quién prepara la cena. Las actividades son 50-50, yo hice la cena, tú lavas los platos, mientras yo cuido a la niña. Así es como logramos avanzar”, mencionó.
Tener un bebé en plena pandemia de COVID-19 es retador para cualquier familia, pues un gran sector de la población ha tenido que trabajar desde casa. Encontrar ese balance entre trabajo y familia ha sido complicado, reconoció María.
“También hubo otra heroína, que es mi mamá, fue quien nos apoyó en este caso. En lo personal, me apoya a cuidar a la niña, a veces estoy entre junta y junta, y se vuelve complicado. A su vez, los lazos con mi mamá se fortalecieron todavía mucho más”.
“Mi esposo y yo tratamos de balancear todo. Estamos aprendiendo mucho, sabemos que hay que dar resultados en todo, tanto en la casa como en el trabajo, estos meses han sido de mucha organización y de priorizar las actividades”.
Durante su embarazo, María se integró al programa de Maternity Mentoring de Ternium, programa que busca acompañar a las mujeres en el proceso de transición hacia su vida como mamás y ayudarlas a encontrar un balance entre ambos roles, el cual ha sido clave para ella.
“En la parte personal te da las herramientas para no sentir que estás descuidando el trabajo, es importante tu rol de madre y el del trabajo. Te da un rumbo de cómo debería ser tu salida por incapacidad y cómo será el regreso a la empresa. Eso fue bastante bueno, por todo el estrés, por la actual pandemia, eso te ayuda bastante, porque te da un rumbo más claro”, señaló.
Diana Montealegre, higienista de Ternium.
La importancia de una buena comunicación
Una buena comunicación es la clave para un matrimonio exitoso y para la crianza de cualquier bebé, detalló la doctora Diana Montealegre, higienista de Ternium, madre de un hijo de un año.
“Tener un bebé si es complicado, se requiere de muchísimo compromiso, amor y sobre todo comunicación con tu pareja. Hay que valorar lo que hacemos el uno y el otro para mantener a nuestra familia y nuestro hogar, eso ha sido la base para que esto funcione”, destacó.
Esa comunicación permite a ambos tener una adecuada organización y ha hecho que puedan cumplir y dar resultados en su trabajo, incluso le ayudó a Diana para hacer una maestría, a la par de todas sus actividades.
“Este año ha sido difícil, pero no imposible, ya que concluí otra maestría, estuve dando clases online, en conjunto con el trabajo y ser mamá. He tenido que aprender a organizarme mucho mejor y a disfrutar cada instante con mi bebé y mi familia”, comentó.
“Hay que saber aprovechar el tiempo, eso ha sido lo que yo he hecho, vivir la vida con compromiso, amor y con dedicación”.
Si bien la pandemia del coronavirus también ha representado un desafío para su familia, Diana dijo que cualquier reto que se le presenta es posible superar, a través del apoyo de su pareja y de su madre, quien ha sido un gran soporte en su vida.
“El COVID-19 vino a cambiarnos la vida a todos, pero también sé que si nos apoyamos, nos queremos, cualquier cosa que llegue, podremos superarlo. Al final, lo importante es saber organizarnos, cuidarnos y, sobre todo estar unidos en todo momento”.