Yiceth Castro, ingeniera civil, llegó al predio cuando aún había ganado pastando en la zona. Ahora es la Supervisora Intendente de una planta clave para Colombia.
Cuando la ingeniera civil Yiceth Castro llegó por primera vez a Palmar de Varela en octubre de 2017, este era un proyecto en planos y apenas comenzaban a vislumbrarse los primeros estudios de suelo. Recuerda que era un potrero gigante, lleno de vacas y búfalos.
La misión de esta joven de 28 años era realizar la supervisión técnica durante la etapa de construcción de la planta. Su olfato le decía que esta sería la oportunidad de su vida y la adrenalina se apoderó de sus sentidos al abrir el plano del megaproyecto que tenía en sus manos y el reto al cual se enfrentaba.
Para Yiceth, quienes estudian su profesión tienen que tener vocación y ganas de servir a los demás. “En esta carrera se necesitan muchas ganas de ayudar a la gente, de querer crecer y mejorar las obras que se intervienen, porque estos proyectos traen desarrollo para las regiones”, agrega con orgullo.
Su sueño siempre había sido hacer un proyecto de cero que le permitiera ampliar sus conocimientos en obras civiles, y hacer honor a la carrera que había heredado de su padre desde pequeña, cuando lo acompañaba en sus correrías de pueblo en pueblo, trabajando en las mejoras de la infraestructura de plazas, iglesias, colegios y casas de los municipios aledaños.
Con esfuerzo y largas caminatas por el predio, abriendo portillos, midiendo el terrero y acompañando al equipo de trabajo, fue testigo de cada etapa del proyecto: levantamiento topográfico, cerramiento perimetral, movimiento de tierra, construcción de vías de acceso, excavaciones para cimentar la nave y construcción de la planta de principio a fin.
“Tener en mis manos un proyecto de esta magnitud, con este grado de complejidad, significaba todo para mí, mi gran apoyo fue mi esposo y mi familia. Yo quería saberlo y aprenderlo todo”, agrega Yiceth Castro, Supervisora de Intendencia en Palmar de Varela.
Para Yiceth, Palmar de Varela ha sido su gran escuela. Esta joven extrovertida, y conversadora, airma que estos tres años han sido como los últimos semestres que ‘”le faltaron en la universidad”. Así revela lo que más le gustó desde que llegó al proyecto: “En Ternium te miden por tus ganas y por tus capacidades, el que quiera puede crecer, no importa cuántos títulos tengas o si eres hombre o mujer, depende de ti”, señala Castro.
Hoy ocupa el cargo de Supervisora Intendente, una responsabilidad que la lleva a hacerse cargo del manejo administrativo de varios contratos de mantenimientos menores en techos, aires acondicionados, redes de servicios públicos y alcantarillado, zonas verdes y algunas obras civiles, para garantizar que la planta esté impecable y que los trabajos se realicen de manera óptima y segura.
“Este proyecto ha marcado un antes y un después en mi vida personal y laboral. Soy una mejor persona y profesional. Puedo decir que lo logré y que espero estar mucho tiempo más aquí”, finaliza Castro.