El objetivo de la inversión fue captar los efluentes líquidos que provienen de la Coquería, del sector de subproductos y parte de los pluviales, antes de su llegada al río por el llamado vuelco N° 2.
Hoy las operaciones industriales tienen como prioridad el cuidado del ambiente. Con esta premisa, Ternium incorporó una instalación dedicada especialmente a colectar efluentes para que el Río Paraná esté mejor protegido. El sistema se encuentra en funcionamiento desde enero 2020.
¿Cómo funciona?
En la playa de coque se construyó una cámara subterránea encargada de colectar el efluente de diferentes procesos. Una vez en la cámara, son derivados a una estación de bombeo, ubicada en el ingreso del puerto, donde un tanque y dos bombas los transportan por una cañería hacia la pileta Vuelco N°1, que se encuentra en la playa de carbón. Allí mismo, junto con las escorrentías de la playa de carbón y coque, se derivan hasta las piletas de Alto Horno donde se les realiza un tratamiento para retener los elementos no deseados. En estas piletas, por sedimentación, los sólidos de carbón se retienen para ser posteriormente recuperados y reutilizados en Sinter. Finalmente, el agua se envía a la laguna ecológica, donde los materiales sobrenadantes son extraídos. De esta manera se garantiza que el efluente llegue al río en condiciones y de acuerdo con los parámetros establecidos por las normas ambientales vigentes.
Dos bombas filtran y trasladan el líquido del tanque hacia la pileta Vuelco N°1
La obra en palabras
“Destaco el esfuerzo y el compromiso que en todo momento demostró el equipo que llevó adelante el proyecto, sumado al apoyo y la colaboración de los sectores donde trabajamos. Actualmente el sistema ha respondido con resultados satisfactorios”, expresó Fernanda Figueredo, ingeniera civil de construcciones.
"Ternium sigue apostando al cuidado del medioambiente en sus operaciones y con cada uno de los proyectos que concreta. En este caso, lo más importante fue definir la estrategia para evitar que algunos efluentes, alcancen la salida final al río. Este proyecto nos permite cumplir con los estándares internacionales vigentes, pero fundamentalmente comprometernos con la mejora de la calidad del agua”, explicó Daniel Parodi, tecnólogo del área de servicios industriales.
“La obra, a través de la captación y derivación del efluente, nos permite tener mayor tiempo de respuesta ante cualquier evento de proceso. Nos da la capacidad de hacer un mejor tratamiento del efluente antes de su vuelco final al río y nos permite operar de una manera ambientalmente más segura”, agregó Ivana Miotti, Ingeniera del área de Medioambiente.
Andrés Broda, Jefe de Playa de Minerales y carbón destacó: ”Es una inversión 100% destinada a cuidar nuestro medio ambiente. Quienes trabajamos en las playas de carbón y coque sabemos que, contener de la manera más eficiente posible los efluentes para que no lleguen al vuelco 2 ha sido siempre un gran desafío. Con estas nuevas instalaciones, la tarea será mucho más fácil y el ambiente estará mejor protegido”.
La seguridad, siempre asociada
Para construir la zona de captación donde funcionará la cámara subterránea a 7 metros de profundidad, fue necesaria una excavación de 1800 metros cúbicos y se construyeron 21 pilotes de hormigón para evitar derrumbes, lo que permitió trabajar en condiciones de seguridad 100% garantizadas.
Parte del equipo que trabajó en el proyecto. La foto fue tomada antes de la pandemia.
La obra en números
1.800 metros cúbicos de excavación
150 metros mide la cañería que conecta a la precámara con el tanque
2 son las bombas que filtran y trasladan el líquido del tanque hacia la pileta V1,
1.5km recorre el efluente entre la estación de bombeo y la pileta V1.
500.000 litros por hora es su capacidad de bombeo.